Las principales causas identificadas son “la menor credibilidad que se concede a su relato; las mayores probabilidades de situarse en relaciones desiguales, debido a carencias emocionales; las menores posibilidades de defensa; las mayores dificultades de acceso a la información y a los servicios, en parte relacionadas con su enfermedad y con el estigma asociado a ella; así como el menor grado de autoestima y reconocimiento personal, debido en ocasiones a la discriminación social vinculada a la enfermedad mental”.
El estudio de Fedeafes apunta a las dificultades que encuentran las personas profesionales de la salud mental a la hora de detectar e intervenir en estos casos. Se trata de situaciones que, sin una adecuada formación, pueden pasar desapercibidas.
Cómo actuar
Como vías para enfrentar la violencia de género, Fedeafes alude a la necesidad de “empoderar, formar y sensibilizar a las mujeres con enfermedad mental sobre la violencia de género, de forma que sean capaces de identificar estas situaciones y no culpabilizarse”. En ese sentido, proponen también concienciar sobre “la incidencia de los modelos vinculados al amor romántico en la aceptación de relaciones de pareja violentas”.
Del mismo modo, plantean adoptar iniciativas que contribuyan a “visibilizar socialmente la problemática de la violencia de género sobre las mujeres con enfermedad mental”, además de informar y formar al personal de atención directa.
Otra de las líneas de trabajo pasa por colaborar con las administraciones públicas en la elaboración de un protocolo de derivación para estos casos y por garantizar que los recursos de acogida para mujeres en situación de violencia estén preparados para atender las necesidades específicas de este colectivo.
Por otro lado, Fedeafes solicita a las administraciones públicas que lleven a cabo de estudios sobre violencia de género centrados en las mujeres con dolencias psíquicas.